¿Juegos interactivos para perros?
Seguro que casi todos hemos caído en la trampa de pensar que para que un perro se canse, tiene que hacer mucho ejercicio físico. Ir a correr o dar paseos largos no siempre son la solución para los perros enérgicos. Lo mejor: que se cansen mentalmente. A los humanos también nos pasa, una jornada de trabajo nos agota aunque no nos hayamos movido de la silla. Eso es, porque trabajamos nuestra mente. Está claro que el ejercicio físico es muy importante para nuestros perros pero también necesitamos una estimulación mental. Si solo sale a correr, con el paso del tiempo, costará más cansarle. Por poner un ejemplo, el primer día de gimnasio te agotas a los 30 minutos pero después de un mes con la misma rutina, te agotarás mucho más tarde porque tu cuerpo está entrenado y has cogido fondo. Sin duda, el ejercicio físico les ayuda a desarrollar sus capacidades físicas y mejorar habilidades motoras y, por eso, no solo tienen que salir a hacer sus necesidades sino a dar paseos que les hagan estar en forma y conocer su entorno o sociabilizar pero los juegos interactivos están enfocados a fortalecer sus capacidades intelectuales. Les obligan a pensar. La mayoría de los juegos interactivos están relacionados con el olfato, aunque muchas veces también tienen que emplear las patas. El sentido del olfato es el más importante en los perros. Uno de sus beneficios es que gracias a su estimulación, hará que se relajen y se reduzca la ansiedad y el estrés. Además, se divertirán porque para ellos es un juego y mantendrán su mente activa. Podemos emplear juguetes que se rellenan con comida, juegos que ya vienen preparados para usar su trufa y las patas, alfombras olfativas, o fabricar nosotros mismos circuitos o cajas para que busquen pequeños snacks. Según los expertos, lo mejor es dejarles solos pero también es una buena opción enseñarles cómo escondemos los snacks, sobre todo al principio, cuando el juego es nuevo para él. De esta manera, se irán familiarizando. Hay que tener cuidado con la dificultad. Cada perro es un mundo y, además, lo mejor es empezar por juegos sencillos hasta que vayan perfeccionando las técnicas. Lo importante es que no se frustren y siempre hacer juegos que a ellos les resulten divertidos.