Estamos ya en junio y empieza a oler a veranito, con él llegan las tardes de piscina, la playa, las vacaciones, pero también las olas de calor… Es por esto que esta semana queremos hablar de cuáles son los 12 signos principales de que tu perro está sufriendo un golpe de calor.
En esos días de verano que no hay ni un soplo de aire, el sol es abrasador y las noches no dan tregua, todos lo sufrimos pero especialmente nuestros perretes, que al no ser capaces de regular la temperatura de su cuerpo a través del sudor pueden sufrir insolaciones y golpes de calor con mayor facilidad. También hay que tener en cuenta que la exposición prolongada al sol conlleva otros riesgos, como el cáncer de piel, que afecta sobre todo a los perros de pelaje claro.
Los 12 signos de que tu perro está teniendo un golpe de calor
Para saber si tu amigo de cuatro patas ya no puede soportar las altas temperaturas obsérvalo detenidamente para poder reaccionar y aliviarlo. Aquí tienes 12 signos a los que debes estar atento:
1 – Jadea fuerte e irregularmente.
2 – Respira rápidamente mientras está de pie, con el cuello rendido y los codos separados con el único propósito de facilitar los movimientos torácicos.
3 – Tiene dificultades para moverse y parece desorientado.
4 – Su comportamiento es pasivo y letárgico, con la mirada fija.
5 – Muestra signos de estrés.
6 – No tiene hambre.
7 – Su ritmo cardíaco es frenético.
8 – Su nariz está más caliente de lo normal y/o seca.
9 – Está deprimido.
10 – Sufre de diarrea aguda.
11 – Saliva en exceso.
12 – Tiene temblores musculares.
¿Cómo refrescar a tu perro?
Si tienes la más mínima duda, no dudes en tomarle la temperatura: si el termómetro marca más de 38,5°, o incluso 39° reacciona inmediatamente. Para que se recupere lo antes posible, empieza por darle una ducha con agua tibia al principio para evitar el choque térmico, y baja la temperatura poco a poco. A continuación, colócalo en un lugar fresco y bien ventilado con un ventilador que le ayude a refrescarse. Empapa una manta con agua fría para cubrirlo completamente. Mójale bien las patas y la cabeza, y ofrézcale agua en pequeñas cantidades.
Tanto si estás en casa como fuera, refresca a tu perro varias veces al día mojando suavemente sus patas con un guante húmedo. Pásalo por su vientre, sin olvidar los pliegues de los muslos, que son especialmente sensibles al calor. Alternativamente, no dudes en rociarle con agua, insistiendo en su nariz y en las almohadillas de las patas. Probablemente no le guste, pero le hará mucho bien.
‘Si tienes la más mínima duda, no dudes en tomarle la temperatura: si el termómetro marca más de 38,5°, o incluso 39° reacciona inmediatamente.’
Es esencial proteger a tu amigo peludo del calor. Para ello, basta con adoptar algunos reflejos básicos, pero también con evitar a toda costa ciertas prácticas en pleno verano a los que le dedicaremos otro artículo muy pronto. Durante una ola de calor, es fundamental prestar atención a dos cosas: mantener a tu perro cómodo, para que no pase demasiado calor, y mantenerlo hidratado asegurándote de que beba agua regularmente.
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